Más de la mitad de los españoles, el 53%, cree que la economía nacional hubiera resistido mejor a la crisis económica y financiera si en vez de tener el euro se hubiera seguido con la peseta, según una encuesta difundida hoy por el Parlamento Europeo.
Efe - Bruselas - 20/04/2009/ Cadena SER
La insatisfacción de los españoles con la protección ofrecida por la moneda única es superior a la media de los socios de la Unión Económica y Monetaria (48%) y sólo se ve superada por la de los portugueses (el 62% cree que estarían mejor de haber conservado el escudo) e igualada por los italianos.
El Eurobarómetro, que trata de reflejar la opinión de los ciudadanos sobre la respuesta comunitaria a la crisis, confirma que el Banco Central Europeo y la Comisión Europea no han logrado convencer a los europeos del papel de escudo jugado por el euro.
Así, el 44% de los consultados se muestra en desacuerdo con la afirmación de que la divisa única ha mitigado los efectos negativos de la crisis, un porcentaje superior al de los que creen que ha servidor de protección (el 39%).
Los eslovacos -los últimos a sumarse al euro, el pasado 1 de enero- son los más satisfechos con el papel del euro (el 66% cree que ha desempeñado un rol positivo), seguidos de los finlandeses (61%) y belgas (54%).
En el extremo contrario se sitúan los checos (el 56% cree que el euro no ha ayudado), así como los alemanes y británicos (54%).
En el caso español, hay el mismo porcentaje de encuestados, 41%, que cree que la moneda única ha contribuido a capear la crisis como que opinan lo contrario.
En cuanto a los dieciséis países que cambiaron su divisa nacional por la común, en doce de ellos la mayoría de los ciudadanos cree que el euro constituye mejor protección frente a la crisis que las monedas antiguas.
Portugal, España, Italia y Chipre son los únicos países donde una mayoría preferiría haber mantenido la divisa anterior.
Asimismo, entre los Estados miembros que no pertenecen al euro, destaca la convicción de la población en los tres que han rechazado la adhesión -Dinamarca, Reino Unido y Suecia- de que, incluso en el contexto de crisis, están mejor con sus monedas.
Así, el 61% de los daneses rechaza que su economía hubiera sorteado mejor las dificultades con el euro, una visión que comparten el 59% de los británicos y el 54% de los suecos.
Del resto de los países que sí están obligados a ingresar en la Unión Económica y Monetaria, en Hungría es donde hay más gente (61%) que piensa que el impacto de la crisis hubiera sido menor con el euro, seguido de Rumanía (44%) y Polonia (41%).
La encuesta, encargada por el Parlamento Europeo ante la próxima celebración de elecciones europeas, fue elaborada entre mediados de enero y mediados de febrero, mediante entrevistas personales a 27.218 ciudadanos de los 27 Estados miembros.
La insatisfacción de los españoles con la protección ofrecida por la moneda única es superior a la media de los socios de la Unión Económica y Monetaria (48%) y sólo se ve superada por la de los portugueses (el 62% cree que estarían mejor de haber conservado el escudo) e igualada por los italianos.
El Eurobarómetro, que trata de reflejar la opinión de los ciudadanos sobre la respuesta comunitaria a la crisis, confirma que el Banco Central Europeo y la Comisión Europea no han logrado convencer a los europeos del papel de escudo jugado por el euro.
Así, el 44% de los consultados se muestra en desacuerdo con la afirmación de que la divisa única ha mitigado los efectos negativos de la crisis, un porcentaje superior al de los que creen que ha servidor de protección (el 39%).
Los eslovacos -los últimos a sumarse al euro, el pasado 1 de enero- son los más satisfechos con el papel del euro (el 66% cree que ha desempeñado un rol positivo), seguidos de los finlandeses (61%) y belgas (54%).
En el extremo contrario se sitúan los checos (el 56% cree que el euro no ha ayudado), así como los alemanes y británicos (54%).
En el caso español, hay el mismo porcentaje de encuestados, 41%, que cree que la moneda única ha contribuido a capear la crisis como que opinan lo contrario.
En cuanto a los dieciséis países que cambiaron su divisa nacional por la común, en doce de ellos la mayoría de los ciudadanos cree que el euro constituye mejor protección frente a la crisis que las monedas antiguas.
Portugal, España, Italia y Chipre son los únicos países donde una mayoría preferiría haber mantenido la divisa anterior.
Asimismo, entre los Estados miembros que no pertenecen al euro, destaca la convicción de la población en los tres que han rechazado la adhesión -Dinamarca, Reino Unido y Suecia- de que, incluso en el contexto de crisis, están mejor con sus monedas.
Así, el 61% de los daneses rechaza que su economía hubiera sorteado mejor las dificultades con el euro, una visión que comparten el 59% de los británicos y el 54% de los suecos.
Del resto de los países que sí están obligados a ingresar en la Unión Económica y Monetaria, en Hungría es donde hay más gente (61%) que piensa que el impacto de la crisis hubiera sido menor con el euro, seguido de Rumanía (44%) y Polonia (41%).
La encuesta, encargada por el Parlamento Europeo ante la próxima celebración de elecciones europeas, fue elaborada entre mediados de enero y mediados de febrero, mediante entrevistas personales a 27.218 ciudadanos de los 27 Estados miembros.
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