La Comisión Europea alerta, no obstante, sobre la fragilidad de la recuperación económica
FERNANDO PESCADOR CORRESPONSAL BRUSELAS/ La Verdad
Europa está dejando atrás la recesión, pero España continúa profundamente instalada en ella. Este lunes, la Comisión europea hizo públicas sus previsiones de otoño -a medio camino en el segundo semestre- que se concentran sobre sólo 7 de los 27 socios de la UE y sobre dos variables, el PIB y la inflación, y los datos no dan para muchas interpretaciones: a finales de este año, de los 7 países contemplados sólo seguirá cayendo el PIB de España, un 0,2% en el cuarto trimestre. Con ello, la contracción del PIB español será este año del 3,7%, y no del 3,2% que se auguraba en mayo, cuando fueron presentadas las previsiones económicas de primavera. Este porcentaje será ligeramente inferior a la caída esperada tanto en la zona euro como en la UE de 27 socios, con descensos medios que coinciden en el 4%.
El Gobierno español se aferra a esa evolución interanual, muy próxima a sus propias estimaciones. Las últimas previsiones macroeconómicas del Ejecutivo cifran el descenso del Producto Interior Bruto en el 3,6% para este año. Que el resto de los socios europeos salga antes de la crisis es considerado por el Ministerio de Economía «una buena noticia», que contribuirá a la recuperación económica por la vía de los intercambios exteriores.
Francia lidera la recuperación de la UE mientras que Alemania, que tuvo un segundo trimestre mucho mejor de lo previsto, registrará de julio a agosto un crecimiento significativo, del 0,7%, para bajar al 0,1% en el último tramo del ejercicio. En la Eurozona, como en la UE27, las cifras que se anuncian para los dos últimos trimestres el año son, por primera vez, positivas: el 0,2% este trimestre y el 0,1% para el último, en ambos espacios económicos.
Con todo, las cifras globales del ejercicio van a ser espectacularmente malas: la caída del PIB alemán va a ser del 5,1%, del 5% el de Italia, del 4,5% el holandés y del 4,3% el del Reino Unido, en la comparación de dos ejercicios.
Fragilidad
El comisario Almunia, que presentó estas previsiones, llamó sin embargo la atención sobre la fragilidad de la recuperación, que se sustenta en unas circunstancias excepcionales (las medidas de estímulo económico), por su propia naturaleza coyunturales.
«Lo peor de la crisis queda atrás», decía Almunia, quien inmediatamente después llamaba a los 27 a definir una estrategia de salida de la recesión, «que debe ser coordinada». La percepción de que la economía mundial camina hacia mejores tiempos procede no sólo de los datos ahora difundidos, sino de una multitud de indicadores, como los de confianza, que llevan meses mejorando.
El comisario, no obstante, hacía una distinción entre la recuperación constatada en los mercados financieros, y la de la economía real, que todavía no se ha producido. «El flujo de crédito hacia las familias es aún muy bajo» afirmaba.
Almunia intentó diluir el mal comportamiento relativo de la economía española, manifestando que «también en su caso, el perfil de la tendencia ha mejorado».
Precisó, no obstante, que el ritmo de recuperación «será en España más lento que el de la media, debido a los desequilibrios estructurales ya conocidos. Parece que habrá una estabilización, pero a ritmo más lento que el resto».
La inflación, la segunda de las variables contempladas en el análisis, muestra tendencias al alza. «No hay riesgo de deflación», aseguraba el comisario, tras avanzar que los precios seguirán cayendo en la zona euro el 0,3% este trimestre y un 0,7% el próximo, fruto de la reactivación paulatina del consumo y de la subida de precios de los carburantes. Para España, los valores correspondientes de la inflación son un retroceso del 0,1% el trimestre en curso y la congelación en el próximo.
FERNANDO PESCADOR CORRESPONSAL BRUSELAS/ La Verdad
Europa está dejando atrás la recesión, pero España continúa profundamente instalada en ella. Este lunes, la Comisión europea hizo públicas sus previsiones de otoño -a medio camino en el segundo semestre- que se concentran sobre sólo 7 de los 27 socios de la UE y sobre dos variables, el PIB y la inflación, y los datos no dan para muchas interpretaciones: a finales de este año, de los 7 países contemplados sólo seguirá cayendo el PIB de España, un 0,2% en el cuarto trimestre. Con ello, la contracción del PIB español será este año del 3,7%, y no del 3,2% que se auguraba en mayo, cuando fueron presentadas las previsiones económicas de primavera. Este porcentaje será ligeramente inferior a la caída esperada tanto en la zona euro como en la UE de 27 socios, con descensos medios que coinciden en el 4%.
El Gobierno español se aferra a esa evolución interanual, muy próxima a sus propias estimaciones. Las últimas previsiones macroeconómicas del Ejecutivo cifran el descenso del Producto Interior Bruto en el 3,6% para este año. Que el resto de los socios europeos salga antes de la crisis es considerado por el Ministerio de Economía «una buena noticia», que contribuirá a la recuperación económica por la vía de los intercambios exteriores.
Francia lidera la recuperación de la UE mientras que Alemania, que tuvo un segundo trimestre mucho mejor de lo previsto, registrará de julio a agosto un crecimiento significativo, del 0,7%, para bajar al 0,1% en el último tramo del ejercicio. En la Eurozona, como en la UE27, las cifras que se anuncian para los dos últimos trimestres el año son, por primera vez, positivas: el 0,2% este trimestre y el 0,1% para el último, en ambos espacios económicos.
Con todo, las cifras globales del ejercicio van a ser espectacularmente malas: la caída del PIB alemán va a ser del 5,1%, del 5% el de Italia, del 4,5% el holandés y del 4,3% el del Reino Unido, en la comparación de dos ejercicios.
Fragilidad
El comisario Almunia, que presentó estas previsiones, llamó sin embargo la atención sobre la fragilidad de la recuperación, que se sustenta en unas circunstancias excepcionales (las medidas de estímulo económico), por su propia naturaleza coyunturales.
«Lo peor de la crisis queda atrás», decía Almunia, quien inmediatamente después llamaba a los 27 a definir una estrategia de salida de la recesión, «que debe ser coordinada». La percepción de que la economía mundial camina hacia mejores tiempos procede no sólo de los datos ahora difundidos, sino de una multitud de indicadores, como los de confianza, que llevan meses mejorando.
El comisario, no obstante, hacía una distinción entre la recuperación constatada en los mercados financieros, y la de la economía real, que todavía no se ha producido. «El flujo de crédito hacia las familias es aún muy bajo» afirmaba.
Almunia intentó diluir el mal comportamiento relativo de la economía española, manifestando que «también en su caso, el perfil de la tendencia ha mejorado».
Precisó, no obstante, que el ritmo de recuperación «será en España más lento que el de la media, debido a los desequilibrios estructurales ya conocidos. Parece que habrá una estabilización, pero a ritmo más lento que el resto».
La inflación, la segunda de las variables contempladas en el análisis, muestra tendencias al alza. «No hay riesgo de deflación», aseguraba el comisario, tras avanzar que los precios seguirán cayendo en la zona euro el 0,3% este trimestre y un 0,7% el próximo, fruto de la reactivación paulatina del consumo y de la subida de precios de los carburantes. Para España, los valores correspondientes de la inflación son un retroceso del 0,1% el trimestre en curso y la congelación en el próximo.
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