PABLO ALBALADEJO MURCIA/ La Verdad
Los economistas ven la luz al final del túnel. Puede que su intensidad sea débil y que aún quede mucho trecho por recorrer, pero en su último Barómetro, el Colegio de Economistas detecta signos de mejora en la situación de la economía de la Región de Murcia. Estos factores se pueden resumir en que la destrucción de empleo y las perspectivas económicas se estabilizan, mientras que el consumo familiar y la compra de vivienda se recuperan.
La presentación del estudio, que recoge desde el 2006 la opinión de unos 250 economistas de la Comunidad, se antojaba ayer como otra ocasión para escuchar malas noticias. Sin embargo, el análisis del último semestre de 2008 y las perspectivas para el primero de 2009 dan pie, sino al optimismo, a no tirar la toalla. Así, José Ignacio Gras, secretario del Colegio, reveló que cuentan con datos para afirmar que el paro no crecerá a un ritmo tan elevado a partir de ahora. La explicación es sencilla: «La economía murciana ha adelgazado mucho y muy rápido en los últimos dos meses», por culpa de la caída del sector de la construcción. Como el ladrillo ya no puede perder muchos más empleos, las previsiones son mejores. «Sin embargo, que además se cree trabajo sólo depende de que algún otro sector pueda coger el relevo», advirtió Ramón Madrid, decano de los Economistas.
El Barómetro señala tres posibles sucesores: turismo, agricultura y energías renovables (y descarta totalmente a la construcción, valorada por los economistas en un 1 sobre 10). Estos son, precisamente, sectores apoyados «en las tradicionales fortalezas de la Región de Murcia», indicó Madrid, «los recursos naturales y el clima, y el conocimiento de la cultura del agua». Precisamente la escasez de recursos hídricos es contemplada como la mayor debilidad.
Por otro lado, es una señal positiva, aunque José Ignacio Gras puntualiza que se trata de una impresión personal del Colegio, que las entidades financieras están siendo actualmente «un poco más asequibles» y que ya se comienza a escuchar: «Voy a estudiar su crédito». Finalmente dos de los principales motores de la economía, el consumo familiar y la construcción, seguirán bajando este año, pero ahora, a diferencia de hace seis meses, ha disminuido el porcentaje de economistas que lo creen. Es decir, la situación es mala pero cada vez menos.
La presentación del estudio, que recoge desde el 2006 la opinión de unos 250 economistas de la Comunidad, se antojaba ayer como otra ocasión para escuchar malas noticias. Sin embargo, el análisis del último semestre de 2008 y las perspectivas para el primero de 2009 dan pie, sino al optimismo, a no tirar la toalla. Así, José Ignacio Gras, secretario del Colegio, reveló que cuentan con datos para afirmar que el paro no crecerá a un ritmo tan elevado a partir de ahora. La explicación es sencilla: «La economía murciana ha adelgazado mucho y muy rápido en los últimos dos meses», por culpa de la caída del sector de la construcción. Como el ladrillo ya no puede perder muchos más empleos, las previsiones son mejores. «Sin embargo, que además se cree trabajo sólo depende de que algún otro sector pueda coger el relevo», advirtió Ramón Madrid, decano de los Economistas.
El Barómetro señala tres posibles sucesores: turismo, agricultura y energías renovables (y descarta totalmente a la construcción, valorada por los economistas en un 1 sobre 10). Estos son, precisamente, sectores apoyados «en las tradicionales fortalezas de la Región de Murcia», indicó Madrid, «los recursos naturales y el clima, y el conocimiento de la cultura del agua». Precisamente la escasez de recursos hídricos es contemplada como la mayor debilidad.
Por otro lado, es una señal positiva, aunque José Ignacio Gras puntualiza que se trata de una impresión personal del Colegio, que las entidades financieras están siendo actualmente «un poco más asequibles» y que ya se comienza a escuchar: «Voy a estudiar su crédito». Finalmente dos de los principales motores de la economía, el consumo familiar y la construcción, seguirán bajando este año, pero ahora, a diferencia de hace seis meses, ha disminuido el porcentaje de economistas que lo creen. Es decir, la situación es mala pero cada vez menos.
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